Desde la punta de su pelo más largo de su cabeza hasta el
último dedo de su pie, este tipo parece esconder un imán o una fuerza
sobrenatural, pues logra atraer con cualquier pequeña parte de su cuerpo (y con
las no tan pequeñas). En otras palabras, este chaval es de los que pone, de los
que consiguen animarte en cualquiera de las circunstancias y en todos los
sentidos. Es de esos que te dejan soñar y con los que tocarías el cielo y el
infierno al mismo tiempo. Sólo una contradicción tan grande como esta podría cumplirla
un hombre como él.
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