domingo, 5 de agosto de 2012

Zach Roering



Con un solo vistazo que se le eche a este monumento, te darás cuenta de que tiene algo especial. Es rubio de ojos azules y, sin embargo, no es esto lo que más llama la atención de él. Son esos labios, perfectos límites de su sonrisa contorneados con el mayor de los esmeros. A esta explosiva combinación hay que añadirle su tremendo cuerpazo, ¿qué decir de él? Nada que no puedan expresar esos brazos, abdomen y pectorales por sí solos...


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