lunes, 1 de octubre de 2012

Ricky Martin



Este hombre… es demasiado para ser un hombre común. Tiene unos ojos oscuros que consiguen hacerte ver la luz como ningunos otros, una sonrisa desgarradora y arrebatadora que engancha como la mejor de las drogas, un cuerpo que agita al más tranquilo y logra que grite hasta el mudo. En fin, que si desde parado encandila, cuando se mueve, canta, habla o susurra crea una armonía tan cercana a la utopía, que solo tienes ganas de disfrutar de él y sus dotes, sí, de los artísticos, pero más de los tangibles. Esos sí que nos llevarían a kilómetros del cielo, tanto, que rozaríamos su extremo, casi infernal, tan contradictorio como placentero.





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