sábado, 27 de octubre de 2012

Jensen Ackles










Lo sé. Es mirarlo y es un no parar de suspirar, de temblar, de derretirse, de desearlo con más y más fuerza. Y es que es tan normal sentir esto, como inusual es encontrarse a un hombre tan sumamente guapo y macizorro. Encima, estimula la mente (y lo que no es la mente), pues una vez con su imagen dentro de tu pensamiento, no podrás parar de imaginar miles de ‘momentos’ interesantes que podrías disfrutar con él. Vamos, que quiero y necesito empotrarlo contra la pared, y empezar a preocuparme solo por aprovechar el máximo de él.   Mmmm…Quién pudiera.



                              

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