viernes, 4 de enero de 2013

Dani Martin







Lo miro. Lo vuelvo a mirar. Me embobo. Se me abre la boca. Segrego saliva( y demás). Una gran fuerza interna se apodera de mi. No me deja pensar nada más que: me lo comería enterito.No dejaba hueco en mí para ningún postre. Totalmente comprensible si te dejas guiar por su mirada tan súmamente penetrante como su voz. Penetrante como su... (suspiro,suspiro,suuuuspiro).Sí, quiero que me toque tan bien como lo hace con las guitarras.


No hay comentarios:

Publicar un comentario